AA.VV. Juan Tornero – Puerta del Ángel desea compartir con todos los vecinos un escrito de uno de nuestros colaboradores y esperamos disfruten de ello.
♟️Relato de 1.333 sin apenas ficción de AntnCbsRms 樂
«Mi Gato Sin Botas»
Había una vez un gato callejero llamado «Sin Botas» que vivía en un barrio, ahora mas limpio y agradable, donde una asociación de vecinos se preocupaba por algunas quejas de que no hubiera problemas de ratones por que crecía su población y otros animales molestos.
Por lo que pensaron樂
«Sin Botas» era un gato inteligente, hábil, sutil, sagaz y astuto, que sabía cómo sobrevivir en la dura calle, pero siempre estaba buscando lugar seguro y cálido para descansar, observamos y le hice unos cobertizos en los jardines del barrio, Juan Tornero de Madrid Puerta del Ángel.
Un barrio humilde y vecinal de gente hogareña.
Un día, «Sin Botas» se encontró con una gata también callejera, atractiva, juguetona, desconfiada pero también amistosa.
Llamada «Luna». A pesar de que al principio «Sin Botas» estaba tímido y desconfiado también con la gata, en un tiempo récord se hizo amigo de Luna y juntos comenzaron a buscar otro lugar, cerca pero más alejado, donde establecer seguridad por que se estaban entendiendo y rehacieron con tiempo un lugar para convivir y tener hogar.
Después de mucho buscar, finalmente encontraron un cobertizo q también les medio hice abandonado pero con vista a q lo terminarán ellos, con un pequeño terraplén en tierra y cueva, que parecía ser el lugar perfecto para ellos.
Fue allí donde «Sin Botas» y Luna hicieron su nido de hogar y, poco después, Luna dio a luz a tres pequeños gatitos juguetones inocentones y cariñosos: «Naruto», «Blanca» y «Peke».
«Sin Botas» se preocupaba mucho por su nueva familia y se aseguraba de que siempre tuvieran suficiente comida, q los vecinos le proporcionabamos, tb un lugar cálido para dormir.
Además, siempre estaba atento, a cualquier peligro que pudiera acechar cerca de las viviendas humildes y su propio hogar.
El barrio era un lugar ya seguro y tranquilo para vivir, gracias a ellos y la asociación de vecinos que se aseguraba de mantener la zona libre de ratones y otros animales peligrosos.
«Sin Botas» y su familia disfrutaban de la vida al aire libre, jugando y explorando su hermoso y libre jardín del barrio.
Los gatitos crecieron rápidamente y pronto se convirtieron en juguetones e independientes.
«Naruto» era el más aventurero de los tres, siempre dispuesto a explorar nuevos lugares y descubrir cosas, no cosas y alimento.
«Blanca» era tranquilona y muy cariñosa, mientras que «Peque» era el más curioso y revoltoso, siempre estaba investigando cosas nuevas.
A pesar de que «Sin Botas» y su familia eran gatos callejeros, siempre estaban bien alimentados y cuidados gracias a los solidarios vecinos.
Esta organización les proporcionaba comida y agua fresca, todos los días, un grupo q se hacían llamar por whatsapp «reverdeciendo nuestro barrio» , y además de atención veterinaria si era necesario.
La vida en el barrio era idílica para «Sin Botas» y su familia, ya que disfrutaban de la libertad y seguridad, viviendo al aire libre y no encerrados.
Sin tener que preocuparse por los peligros que acechaban en peligrosas calles de ciudad, salvo algunos q otros ratones, de los que los menos tractos, se hacían amigos.
Se decían y sin pensar dejeramos a raya si se ponen a incordiar o molestaban, y así tener ganados a sus cuidadores humanos.
Con el tiempo, «Sin Botas» y su familia se convirtieron en una parte integral de la comunidad del barrio, y la gente comenzó a conocerlos y a quererlos.
Los vecinos siempre se detenían, para darles caricias y comida a los juguetones gatitos.
Lo que hacía que la familia de «Sin Botas» se sintiera muy querida y cuidada.
A medida que los gatitos crecían y se hacían más independientes, «Sin Botas» se daba cuenta de que había encontrado un hogar callejero seguro, libre y verdadero en el barrio.
Ya no tenía que preocuparse por sobrevivir en otras calles, ya que ahora tenía una familia y un lugar al que llamar hogar y paz.